- 19 de noviembre de 2025
Salud como inversión: una apuesta por el desarrollo y la equidad en América Latina
De acuerdo
con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada dólar invertido en salud
puede generar hasta nueve dólares de retorno. El estudio añade que, en países
latinoamericanos con mayor gasto público en salud, la productividad laboral
aumenta hasta un 12 %, y la participación femenina en el mercado laboral puede
incrementarse entre 4 y 6 puntos porcentuales, reforzando la necesidad de ver
la salud como inversión estratégica. Hoy, América Latina tiene la oportunidad
de dar un paso decisivo: pasar de considerar la salud como un gasto a
reconocerla como una inversión para el progreso y la resiliencia de la región.
FIFARMA,
junto con el Duke Global Health Innovation Center, han presentado el informe “Análisis
de las Prácticas Presupuestarias en Salud en 8 países de LATAM”, que
analiza las prácticas presupuestales en salud en Argentina, Brasil, Chile,
Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Perú.
El estudio
revela un desafío común: la mayoría de los países aún destina menos del 6 % del
PIB a la salud, por debajo de la recomendación de la OMS, y el gasto de
bolsillo representa entre 20 % y 40 % del gasto sanitario total, lo que expone
a familias a riesgos financieros importantes.
Lejos de ser
un obstáculo, este panorama representa una oportunidad histórica para
replantear cómo se financia la salud. El análisis demuestra que cada aumento de
1 punto del PIB en inversión sanitaria podría generar un retorno adicional
equivalente al 0,5 % del PIB en crecimiento económico, lo que transforma los
sistemas sanitarios en motores de bienestar y desarrollo sostenible.
Un
diagnóstico compartido: fortalecer la inversión para fortalecer el futuro
El análisis
identifica factores estructurales que frenan el impacto de la inversión
sanitaria:
- Fragmentación institucional.
- Débil planificación
intersectorial.
- Uso limitado de evidencia en la
formulación presupuestal.
- Alta dependencia del gasto
privado.
Estos
desafíos reducen la capacidad de los gobiernos para responder eficazmente a las
necesidades de la población y perpetúan inequidades en el acceso.
Sin embargo,
también se observan avances inspiradores. Los países que han implementado
mecanismos de presupuestación por resultados y modelos de acceso administrado
(MEAs muestran una mayor alineación entre la inversión pública y los objetivos
de salud. Estas experiencias demuestran que cuando se vinculan los recursos a
metas concretas, la eficiencia y la equidad avanzan de la mano.
Lecciones
por país: distintas rutas hacia un mismo propósito
- Argentina ha desarrollado programas
como el Plan SUMAR, que prioriza la equidad mediante el
financiamiento basado en resultados. Aunque enfrenta limitaciones
macroeconómicas, su experiencia técnica demuestra que es posible innovar
incluso en contextos de restricción fiscal.
- Brasil, con su Sistema Único
de Saúde (SUS), es referente regional en cobertura universal. Su
desafío actual radica en sostener la descentralización sin perder calidad
ni equidad, asegurando que cada real invertido se traduzca en bienestar
tangible.
- Chile avanza hacia un Fondo
Universal de Salud (FUS) que busca reducir las brechas entre el
sistema público y el privado. Su desafío será equilibrar sostenibilidad y
equidad, sin perder la eficiencia que caracteriza a su sistema.
- Colombia ha alcanzado cobertura
casi universal a través del Sistema General de Seguridad Social en
Salud (SGSSS). El momento actual de reforma representa una oportunidad
para reforzar la transparencia y asegurar la sostenibilidad financiera a
largo plazo.
- Costa Rica, con su sólida Caja
Costarricense de Seguro Social (CCSS), demuestra que la integración
institucional y la atención primaria fortalecen tanto los resultados en
salud como la confianza ciudadana.
- Ecuador ha consolidado el derecho
constitucional a la salud y avanza en digitalización y planificación
multianual. Su reto es mejorar la coordinación entre instituciones para
maximizar eficiencia y equidad.
- México transita una
reconfiguración con la expansión del IMSS-Bienestar, que busca
unificar la atención pública y reforzar la prevención. Consolidar un
financiamiento sostenible será clave para reducir el gasto de bolsillo.
- Perú ha mostrado progresos
notables con su Presupuesto por Resultados (PpR), orientado a
mejorar la salud materno-infantil y la nutrición. Fortalecer la
articulación entre el SIS y EsSalud puede potenciar su impacto.
Estas
experiencias reafirman que no hay un único camino, pero sí un objetivo
compartido: convertir cada inversión en salud en una herramienta para la
equidad y el desarrollo.
Invertir
en salud es invertir en resiliencia
El informe
destaca que los países que priorizan la inversión sostenida en salud no solo
logran mayor productividad, estabilidad y cohesión social, también construyen
sistemas capaces de anticipar y absorber los impactos de futuras crisis. Un
sistema de salud resiliente protege vidas, sostiene economías y mantiene la
confianza ciudadana incluso en escenarios de incertidumbre.
Las
experiencias de Brasil y Costa Rica evidencian que incluso en contextos de
restricciones fiscales, la planificación y la estabilidad institucional
permiten sostener la cobertura y mejorar los resultados.
Por el
contrario, los modelos basados en presupuestos históricos o en respuestas
fragmentadas limitan la capacidad de adaptación frente a emergencias y aumentan
la desigualdad.
En un
contexto global de incertidumbre, invertir en salud se convierte en la
estrategia más inteligente para asegurar el futuro de la región.
Un nuevo
paradigma: del control del gasto a la inversión estratégica
El estudio
plantea una hoja de ruta clara para América Latina:
- Alinear la planificación
sanitaria con la planificación fiscal, asegurando que las prioridades en salud se
traduzcan en asignaciones presupuestales sostenibles.
- Ampliar el espacio fiscal para
la salud,
fomentando la eficiencia y la transparencia en el uso de los recursos.
- Fortalecer la capacidad técnica
subnacional,
clave para mejorar la ejecución y la rendición de cuentas.
- Promover alianzas
público-privadas que
impulsen innovación, acceso y sostenibilidad.
Estos pasos
son fundamentales para pasar de una lógica de control del gasto a una visión de
inversión estratégica en salud, capaz de generar bienestar colectivo y
crecimiento sostenible.
Hacia una
región que invierte en bienestar
Desde
FIFARMA creemos que invertir en salud es invertir en el futuro. La evidencia es
clara: cada dólar, peso o real destinado a fortalecer los sistemas sanitarios
multiplica su valor en productividad, equidad y estabilidad social.
La región
cuenta con el conocimiento, la experiencia y el compromiso necesarios para
avanzar hacia sistemas más eficientes, inclusivos y resilientes. El desafío
ahora es convertir esa convicción en acción: hacer de la salud el motor del
desarrollo latinoamericano.
Desde el
siguiente enlace se puede acceder al informa de Fifarma: