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La activación del paciente: no solo una estrategia, sino una necesidad
  • 06 de agosto de 2025

La activación del paciente: no solo una estrategia, sino una necesidad

La duración media de la prescripción de un medicamento barato y eficaz —que, si se toma a largo plazo, salva vidas— es de solo seis meses. ¿Por qué?

La respuesta es porque después de ese tiempo, los cambios en la titulación de la dosis son más difíciles de entender y/o los pacientes se sienten mejor, por lo que creen que pueden interrumpir el tratamiento.

Este ejemplo por sí solo demuestra por qué la activación del paciente ha cobrado tanta importancia. El aumento de la demanda de los pacientes, el envejecimiento de la población, el alcance de los profesionales sanitarios (HCP) y las crecientes restricciones financieras son factores que influyen en este dilema.

La activación del paciente es el conocimiento, las habilidades, la confianza y la voluntad de las personas para gestionar su propia salud y cuidados. El aumento de la activación del paciente se reconoce ampliamente como una estrategia clave para mejorar los resultados de salud, optimizar la utilización de los recursos y aliviar las presiones sistémicas en todos los proveedores de atención sanitaria.

Los planes de atención personalizados impulsados por los HCP que involucran a los pacientes en la creación conjunta de sus propios objetivos y estrategias de salud son fundamentales para mejorar la activación. Se basan en marcos de toma de decisiones compartidas, educación personalizada a lo largo del recorrido del paciente y programas estructurados de autogestión, pero los mecanismos mediante los cuales se llevan a cabo pueden influir en su éxito final.

Con un enfoque en la sostenibilidad, el acceso instantáneo y la reducción de las tareas administrativas para los profesionales sanitarios, la transformación digital desempeña un papel clave. Los portales para pacientes, las notificaciones motivadoras, la educación de los profesionales sanitarios para apoyar al paciente desde el principio y los contenidos breves proporcionados por los profesionales sanitarios garantizan que el paciente siga siendo el centro de atención.

Es necesario ganarse la confianza

La correlación entre la activación del paciente y los resultados positivos para la salud está bien documentada. Los pacientes más activados muestran un mayor compromiso con los comportamientos de salud preventiva, una mejor autogestión de las enfermedades crónicas y un mayor cumplimiento de los regímenes de medicación y tratamiento. También son más propensos a utilizar los servicios de salud de manera adecuada, a buscar intervenciones oportunas y a evitar ingresos hospitalarios innecesarios.

Desde el punto de vista económico, el aumento de la activación de los pacientes se asocia con una reducción de los costes, ya que los pacientes requieren menos intervenciones. También mitiga situaciones que han empeorado a lo largo de los años, como hemos visto en la prensa, como el agotamiento del personal, al ajustar mejor las cargas de trabajo a los recursos disponibles.

Entonces, ¿por qué algo tan obvio sigue siendo un reto? La respuesta está en generar confianza y apoyar el cambio de comportamiento. La aplicación de un modelo básico puede sugerir que, como industria, debemos proporcionar:

  • La capacidad de tomar decisiones terapéuticas positivas y fundamentadas utilizando información y recursos fiables, valiosos y fáciles de comprender, que abarquen tanto datos específicos sobre la enfermedad como información sobre la marca, para aclarar el «porqué» y el «qué».
  • La oportunidad de ofrecer experiencias personalizadas a través de canales relevantes, como los digitales y los presenciales, que respalden el «qué» y el «cómo».
  • La motivación vendrá si se implementan los dos puntos anteriores para involucrar tanto al profesional sanitario como al paciente. La diabetes es un buen ejemplo, en el que la colaboración entre el profesional sanitario y el paciente es fundamental. Contar con una atención y una educación personalizadas que se adapten a las necesidades individuales, como los conocimientos sobre salud, los antecedentes y las preferencias, conducirá a un mejor control glucémico y a una reducción de las complicaciones.

Conclusión

La activación de los pacientes no es solo una estrategia o un valor de la empresa, sino una necesidad en el panorama sanitario actual. Al generar confianza e involucrar a los profesionales sanitarios en este tema, al tiempo que se empodera a los pacientes con los conocimientos, las habilidades y la confianza necesarios para gestionar su propia salud, podemos lograr mejores resultados sanitarios, reducir las presiones y garantizar la sostenibilidad de nuestros sistemas de salud.