Unos tenedores que simulan una mano. Una mano enferma metalizada a quien le cuesta trabajo mover los dedos. Algo tan sencillo como comer es difícil para un paciente con artritis reumatoide. 3 veces al día comemos, nos bañamos, nos peinamos… el mundo diario avanza. Y el paciente con artritis reumatoide tiene que seguir el ritmo. Y cómo lo va a lograr si lo único que avanza en él es la artritis. Incapacitante enfermedad que lo deja inmóvil. Sus manos, sus pies ya no “funcionan”. Se deforman o duelen en cada una de las articulaciones. Inmovilizado ante las cosas cotidianas de la vida. Cuando quiere comer el paciente se funde con los tenedores. Sus manos son incapaces de partir la carne, de tomar un poco de arroz… El paciente con AR necesita detener la progresión de la enfermedad y el dolor. Por ello Humira es el tratamiento que detiene el avance de la enfermedad y el dolor. El doctor tendrá a Humira siempre presente e identificado.