
- 09 de mayo de 2025
Examinando las relaciones de la Industria con los grupos de pacientes
La relación
entre los grupos de defensa de los pacientes (GAP) y las empresas farmacéuticas
es polifacética e implica colaboración, apoyo y objetivos compartidos. Sin
embargo, estas relaciones también se enfrentan a retos que, de abordarse,
podrían mejorar su eficacia y sostenibilidad. En SAY hemos hablado con
representantes de los GAP para explorar los aspectos positivos y las áreas de
mejora de sus relaciones con las empresas farmacéuticas a la hora de participar
en investigaciones, iniciativas educativas y campañas de concienciación.
Aspectos
positivos de la relación entre los GAP y las empresas farmacéuticas
Colaboración
y cocreación: Los
grupos de pacientes y las empresas farmacéuticas funcionan mejor cuando se unen
para co-crear iniciativas, impulsadas por buenas intenciones y beneficios
mutuos. Las campañas bien ejecutadas que resuenan en la comunidad de pacientes
darán como resultado una respuesta positiva y un compromiso sustancial.
Apoyo,
financiación y recursos: Las organizaciones de pacientes y las empresas farmacéuticas colaboran a
menudo en iniciativas de investigación y educación, proporcionando a los GAP
financiación y recursos que de otro modo no tendrían. Las empresas
farmacéuticas también apoyan a los grupos de pacientes financiando proyectos
específicos o participando en esfuerzos de defensa más amplios, incluido el
suministro de los materiales necesarios para una campaña de concienciación. Los
proyectos de mayor éxito aprovechan los puntos fuertes de ambas partes.
Participación
de los pacientes:
Los grupos de pacientes implican activamente a sus miembros en las
investigaciones y encuestas que realizan las empresas farmacéuticas. Esta
participación suele ser bien recibida por los pacientes, que están deseosos de
contribuir a una investigación que podría mejorar los tratamientos y los
resultados. Los comentarios de los pacientes que participan en estas
colaboraciones suelen ser positivos, ya que aprecian la oportunidad de
contribuir a una investigación significativa y se sienten valorados cuando se reconoce
su aportación.
Comunicación
eficaz: Cuando las
empresas farmacéuticas están bien organizadas y dan instrucciones claras,
cualquier colaboración tiende a ser fluida y eficiente. Esto incluye disponer
de procesos estructurados para la recogida de datos de encuestas o la
participación de los pacientes. También se valora la participación del GAP en
las primeras fases del proceso de desarrollo de cualquier campaña o iniciativa,
lo que permite una aportación significativa y da lugar a un contenido más
eficaz que es bien recibido por la comunidad de pacientes.
Relaciones
a largo plazo:
Establecer relaciones personales con los representantes de las empresas ayuda a
comprender y atender las necesidades específicas de los grupos de pacientes.
Las reuniones periódicas y la comunicación informal fomentan un sentimiento de
colaboración.
Compartir
conocimientos y recursos: Las empresas farmacéuticas aportan una gran experiencia, como diseño
gráfico, actualización de sitios web, relaciones públicas y marketing, ya sea
por sí mismas o a través de sus agencias asociadas, de la que a menudo carecen
las organizaciones de pacientes más pequeñas. Este apoyo puede mejorar
significativamente el alcance y el impacto de las iniciativas de los grupos de
pacientes.
Áreas de
mejora
En general,
la relación entre los grupos de pacientes y las empresas farmacéuticas es
positiva, y ambas partes se benefician de la colaboración. Sin embargo, hay
varias áreas en las que se puede mejorar.
Seguimiento
y comunicación: Uno
de los principales problemas señalados por los representantes de los GAP con
los que hablamos es la falta de seguimiento por parte de las empresas
farmacéuticas después de que los pacientes hayan participado en encuestas o
investigaciones. A menudo, los pacientes y los grupos de pacientes no reciben
información o actualizaciones sobre los resultados de sus contribuciones, lo
que puede resultar desalentador. También ha habido casos en los que no se ha
informado puntualmente a los grupos de pacientes sobre cambios o interrupciones
de proyectos, lo que ha generado incertidumbre y frustración. Una comunicación
más transparente y oportuna podría mejorar la confianza y la colaboración.
Cargas
administrativas y normativas: El proceso de rellenar formularios y cumplir los protocolos
de una empresa farmacéutica puede ser engorroso y llevar mucho tiempo a los
grupos de pacientes. Además, la necesidad de reaprobar con frecuencia los
contenidos debido a las normativas de cumplimiento puede ser un obstáculo
importante, que provoque interrupciones y pérdida de impulso para el éxito de
las campañas. Este problema se agrava por el hecho de que un grupo de pacientes
no es propietario del contenido de una campaña cuando se desarrolla conjuntamente
con una empresa farmacéutica, lo que limita su capacidad para utilizarlo
libremente. Simplificar todos estos procesos podría hacer que las
colaboraciones fueran más eficientes y menos onerosas.
Coherencia
en el compromiso:
Hay casos en los que los grupos de pacientes consideran que las empresas
farmacéuticas no mantienen una comunicación coherente. Por ejemplo, se puede
pedir a los pacientes que se pongan en contacto con una persona concreta para
entrevistarla en el marco de un proyecto de investigación y luego no recibir
respuesta, lo que provoca frustración y trabajo adicional para el grupo de
pacientes. Garantizar un compromiso y un seguimiento constantes puede mejorar
la relación.
Reconocimiento
y compensación:
Aunque los grupos de pacientes no suelen esperar una compensación económica, sí
aprecian el reconocimiento por sus esfuerzos. Garantizar que los pacientes y
los grupos de pacientes reciban algún tipo de reconocimiento, ya sea mediante
notas de agradecimiento o actualizaciones de la investigación, puede mejorar la
relación. Los grupos de pacientes suelen dedicar mucho tiempo a educar a las
nuevas agencias sobre su área de enfermedad, lo que no siempre se tiene en
cuenta en el alcance del proyecto o la compensación. Además, suele haber una
disparidad entre los recursos asignados a los grupos de pacientes y los
asignados a la agencia que gestiona la relación con el grupo.
Funciones
y expectativas más claras: Definir más claramente las funciones y expectativas al inicio de un
proyecto puede ayudar a garantizar que ambas partes estén alineadas y que la
colaboración se desarrolle sin problemas. Esto incluye el establecimiento de
objetivos comunes y la comprensión de las responsabilidades de cada parte.
Comprensión
de las organizaciones benéficas más pequeñas: Se observó una falta de comprensión por parte de las
empresas farmacéuticas respecto a las limitaciones de recursos de las
organizaciones benéficas más pequeñas. En ocasiones, las expectativas eran poco
realistas y el apoyo prestado no siempre se ajustaba a las capacidades de estas
organizaciones más pequeñas. Las empresas no siempre cubrían los costes de
participación en actos o actividades de presión, lo que podía suponer una carga
importante para las organizaciones benéficas más pequeñas.
Enfoque a
corto plazo, sostenibilidad y continuidad: Los grupos de pacientes prefieren dar prioridad al
apoyo a largo plazo y al trabajo continuado, mientras que las empresas
farmacéuticas a menudo prefieren centrarse en campañas a corto plazo y en
nuevas iniciativas. Esto puede conducir a una falta de impacto sostenido y a la
duplicación de esfuerzos de diferentes empresas en el mismo ámbito de
enfermedad. La elevada rotación de los representantes de las empresas también
puede perturbar los proyectos y las relaciones en curso, dificultando la
continuidad y el apoyo a largo plazo. Además, la retirada del apoyo cuando un
producto deja de fabricarse o pierde su patente ha supuesto importantes retos
para algunos grupos de pacientes.
Percepción
pública y escepticismo: Existe un gran escepticismo entre los pacientes, especialmente los que
padecen enfermedades poco reconocidas, sobre los motivos de las empresas
farmacéuticas. Muchos pacientes creen que su principal objetivo es el beneficio
y no el bienestar del paciente. Abordar el escepticismo público y garantizar la
transparencia puede mejorar la confianza y la colaboración.
Conclusión
Las
relaciones entre los grupos de pacientes y las empresas farmacéuticas son muy
productivas y beneficiosas cuando hay una participación temprana y
significativa, un uso eficaz de los recursos y un enfoque en la creación de
campañas resonantes e impactantes. Sin embargo, para mejorar la eficacia y la
sostenibilidad de estas colaboraciones es necesario abordar retos como los
problemas de propiedad y cumplimiento, el enfoque a corto plazo, las
disparidades en la asignación de recursos y la falta de alineación de
objetivos.